El cuajado es la fertilización de la flor, tras la cual se da paso a la formación del fruto.
Es fundamental mantener una humedad regular en el suelo (ni muy seco, ni muy mojado), a poder ser riego por goteo diario.
También se debe hacer una poda suave al salir del invierno.
En primavera y verano hemos de quitar los chupones que brotan en el interior del árbol.
Cuando empiece la primera brotación, es decir cuando empiecen a brotar las ramas y formarse las flores, se deben controlar las plagas (cacoecia, pulgones, barrenillo, etc.) hay algunas que atacan al pedúnculo, por lo cual se caen las flores antes de cuajar.
A partir de la segunda brotación hemos de realizar el tratamiento antiminador en cada brotación posterior.
Una vez el limonero empiece a producir frutos, no debemos de dejar gran cantidad de limones en el árbol, para no agotarlo, tampoco debemos de quitarlos todos para que así se acostumbre a realizar una fructificación escalonada.
El abonado también es importante que sea especial para cítricos, para favorecer la fructificación. Ya que incorpora magnesio y hierro, elementos nutritivos también de especial incidencia en los cítricos.