PLANTA DEL MES: EL FICUS GINSENG
La historia del Ficus Ginseng:
El nombre Ficus proviene del latín, que significa Higo. El Ficus crece en las regiones tropicales de Asia, África, América del Sur y Australia. El Ficus Ginseng se cultiva en China y Malasia, sobre todo por su raíz, se necesitan años para desarrollar esa forma única, después se injerta un ficus de hoja pequeña para darle ese aspecto tan llamativo. Esta planta hay que tratarla con mucha paciencia, ya que se trata de un bonsái.
¿Qué hay que tener en cuenta en la compra del Ficus Ginseng?
- Tamaño de la maceta y el tallo: hay que tener cuidado con el tamaño del recipiente y si la planta está bien arraigada en ella. También hay que mirar el crecimiento y la forma del tallo y si el número de injertos se desarrolla bien.
- Tamaño y edad: mira bien la forma de la planta, si guarda una proporción de altura y grosor y la edad de la planta.
- Calidad: Es importante tener en cuenta la calidad del Ficus. Si se le caen las hojas es porque le ha faltado luz.
- Salud: El Ficus Ginseng debe estar libre de plagas y enfermedades. Especialmente hay que mirarle a ver si tiene cochinilla.
Gama de Ficus:
El Ficus Ginseng es único. La planta se reconoce por sus hojas de color verde con la punta de la hoja roma. Esto contrasta con la del Ficus Benjamina que tiene una punta puntiaguda. Por lo tanto no hay variedades diferentes para elegir, pero si hay una variedad de diferentes formas de plantas: desde árboles minis árboles de gran tamaño, todo reconocible por las hojas de diferentes formas. A menudo estas plantas se venden como bonsái.
Consejos para el cuidado de los consumidores:
Coloca el Ficus Ginseng en una posición que reciba sol directo. Controla más el riego, por lo que hay que darle agua regularmente y no dejar que el cepellón se seque. La planta puede incluso estar en el exterior por un tiempo en verano, siempre y cuando la temperatura no pase de 12ºC a 15ºC. Reduce el agua en invierno y suprime el riego cuando baje de 12ºC. El consumidor puede quitarle las hojas amarillas, marrones o dañadas y se puede podar la planta en los meses más cálidos, para mantener la forma. Las raíces no necesitan ser podadas.
Fuente: AECJ