A los cactus no les gusta la humedad, por ello, en multitud de ocasiones se nos pudren.
Entre riego y riego, tenemos que dejar que se seque el suelo o sustrato.
Su suelo, debe de drenar perfectamente.
Si tenemos los cactus en el interior del hogar, en invierno los regaremos una vez al mes.
En exterior, si no llueve, también, si es una zona que de vez en cuando llueve, no regar en todo el invierno.
Si están en una zona de lluvia, debemos tratarlos durante el otoño y en el invierno, hay que fumigarlos con cobre, para evitar que se nos pudran. Dependiendo de la abundancia de las lluvias, los tratamientos serán más o menos contínuos.
Otra cosa que pudre los cactus, son las heladas, debemos protegerlos con alguna manta térmica.