Las Orquídeas
Las Orquídeas son muy elegantes, en especial las Phalaenopsis, se han convertido en plantas esenciales en las casas y oficinas. Tenemos entendido que tienen un cuidado muy difícil, nos da miedo tenerlas, pensamos que se nos van a morir y no es así, son plantas fáciles de cuidar.
En éste artículo les vamos a explicar un poco el mantenimiento de las Orquídeas.
Las Orquídeas al estar dentro de casa, no sufren grandes cambios a lo largo del año, de modo que hay que abonarlas continuamente, estén con flor o no.
Las variedades de Orquídeas más vendidas provienen de las zonas tropicales y subtropicales de la Tierra, con temperaturas suaves, ambientes ventilados, húmedos y luminosos (no quieren el sol directo) y agua sin cal. Las Orquídeas que se venden en los centros de jardinería, provienen de unos invernaderos que cumples con esas exigencias, por ello son fáciles de mantener.
Muchas veces les cae la flor antes de tiempo, hay que vuelven hacer flor, otras que no… Vamos ha ver el ¿por qué? de esos hechos que hacen que la orquídea no vaya adelante.
El ambiente ideal: el lugar debe de ser luminoso, sin sol directo, que no bajen mucho las temperaturas, aunque para estimular la floración necesita menos temperatura (sobre unos 20º), y cuando estén en floración (entre 25º – 30º).
Riego y abonado: el riego es importantísimo en las orquídeas, es la principal causa de muerte. Poseen órganos con reserva de agua (pseudo bulbos, cañas, hojas crasas), de modo que pueden resistir tiempo sin riegos. Un síntoma que le indica que la orquídea necesita agua es cuando sus hojas empiecen a doblarse.
Entre riego y riego se debe de dejar secar el sustrato, aunque es aconsejable que todos los días a poder ser por la mañana, sus raíces aéreas y la parte exterior del sustrato sea mojado con un pulverizador, la orquídea lo agradecerá.
Si no se puede regar con el pulverizador todas las mañanas, os aconsejamos colocarla en una maceta con reserva de agua en la parte inferior, para que mantenga es humedad que necesita. Existen unas macetas ideales para las orquídeas phalaenopsis, transparentes con reserva de agua en la parte inferior.
Su mejor forma de riego es por inundación, colocando el tiesto (maceta) con las raíces dentro del agua; si al agua le añades un poco de abono disuelto para orquídeas mucho mejor. La inmersión debe durar unos 20 minutos, luego hay que dejar escurrir todo el agua sobrante. Éste riego es aconsejable realizarlo por la mañana. El abono introducido en el agua ayuda a que no sea tan dura y acidifique el agua.
Un consejo de Kuka: si abona en todos los riegos, no eche la dosis que le marca en las instrucciones, si no la mitad o un tercio a lo indicado.
Observará que una planta con muchas flores, las necesidades de riego son mucho mayores que cuando no tiene flores.
Los tiestos: para las Orquídeas Phalaenopsis deben ser transparentes, ya que la luz estimula el crecimiento de las raíces. El tiesto no debe ser demasiado grande, ya que en ese caso intentará rellenarlo todo de raíces y no producirá las floraciones que nos gustan tanto.
El sustrato: el sustrato debe ser especial para orquídeas o a base de corteza de pino envejecida.
El trasplante: a nosotros, personalmente, nos gusta realizar el trasplante todos los años, eliminando las raíces estropeadas, renovando un poco de tierra y volviendo a dejarlas en el mismo tiesto, ahora bien, si no puede trasplantarla todos los años, como mucho cada 2 años. Hay que tener en cuenta, que las raíces de las orquídeas tienen una duración aproximada de 2 años.
Si observa que la planta ha crecido en gran manera, deberá cambiarla a un tiesto un poco más grande, siempre en relación al tamaño de las hojas. Recuerda que el tiesto sea siempre transparente, con reserva de agua y realizar el trasplante siempre después de una floración.
Cuando una orquídea está fea, y con los riegos y abonados no la ve mejorar, entonces debe de realizar un trasplante, limpiarle todas las raíces estropeadas, cambiarle parte de la tierra suelta, volverla a colocarla en el mismo tiesto y regar por inmersión (sobre unos 20 minutos), y luego dejar que se suelte todo el agua sobrante.
Floración: cuando se termina la floración debemos de cortar la hoja por los nudos que hay más abajo de donde a empezado su floración, dejando prácticamente la mitad de la vara, por los nudos volverá a sacar nuevas ramas y en poco tiempo nuevas flores.
Cuando no tenga ninguna rama con flor, a principios de la primavera, debe de sacarla a un lugar al aire libre, eso si, protegida de los vientos, del sol y del frío, eso le ayudará a sacar nuevas varas para su floración.
Cuando una planta tiene mucho estrés, es decir, tiene exceso de calor, riego, sequía, frío, corrientes excesivas de aire, falta de nutrientes, etc., todo eso es estrés para la planta y hace que sus capullos a punto de abrir, los eche y no lleguen abrirse.
A veces, en vez de sacar varas con flores, saca pequeñas plantas (keikis), estas se deben dejar crecer, hasta alcanzar los 3 – 5 cm. de tamaño y luego trasplantarlas.
Aunque todo esto os parezca mucho trabajo para realizar a las orquídeas phalaenopsis, si empezáis a utilizarlo comprobareis que es mucho menos trabajo de lo que parece, ya que son plantas muy agradecidas.
Nosotros las comparamos con los hijos, con el primer hijo no nos sacamos la pasta de las manos, cuando llega el segundo, todo es más sencillo y el tercer hijo ya va solo. Pues para nosotros las orquídeas son parecidas a los hijos, las primeras son muy complicadas, y conforme van pasando los años, nuestras orquídeas funcionan con menos cuidados y atenciones.