Es hora de trasplantar nuestros bonsáis. Si tenemos una conífera o una planta vieja, la trasplantaremos cada 2-3 años, y si tenemos planifolios, cada año.
Para transplantar correctamente, deberemos practicar una poda de rejuvenecimiento. El mejor período para realizar esta hazaña es a finales de invierno.
El trasplante de las coníferas se efectúa rascando la tierra vieja de las raíces, en cambio en los planifolios basta con lavar las raíces. Para las coníferas, deberemos mantener un poco el viejo substrato ya que allí viven hongos simbiontes que están en simbiosis con la planta.
La planta se puede volver a trasplantar en la misma maceta sujetando las raíces con un alambre que se pone en los agujeritos de drenaje y apretando un poquito la tierra con un palito.
Las tierras o substratos a utilizar deben ser la akadama, substratos especiales para bonsái. También se pueden hacer con mezclas especiales a base de tierras, akadama y substratos, también los podemos cambiar de maceta a una un poco más grande que la anterior.
Hay que mantener la planta sujeta y colocar las raíces grandes en forma de estrella, en acabar el proceso regar abundantemente.
Es conveniente realizar esta operación en días sin viento.