Todas las plantas en maceta sufren más el calor que las plantadas en el suelo, tienen mucho menos sustrato, les da el sol, retienen menos la húmedad, por ello, necesitan unos cuidados mínimos:
– Lo más importante en el verano, es el agua, hay que regarla una o dos veces al día, dependiendo de la zona en la que esté, si está a pleno sol, sombra o en el interior de la casa.
– Debemos poner un planto debajo de cada maceta. Regamos por encima de la tierra el agua, llegará un momento que empezará a salir por debajo de la maceta. La dejaremos en el plato y observaremos que tiempo se tarda en absorber el agua, es el tiempo que tardaremos en volver a regar.
– Abonamos a principios del verano (aconsejamos abonar en hierro), para evitar que las plantas se nos hagan amarillas. Después seguiremos abonando cada 10 días en verano, una vez con un abono universal y a los 10 días con un abono orgánico líquido. Repetiremos el proceso hasta mediados de septiembre.
– Quitaremos las hojas marchitas y flores pasadas, para que sigan saliendo nuevas.
– Por las noches es bueno refrescarlas con un pulverizador o manguera, en el exterior todos los días y en interior cada 2 o 3 días.