Kalanchoe thyrsiflora

Nombre científico: Kalanchoe thyrsiflora.

Características: La mayoría de estas especies destacan sobre todo por la belleza de su follaje. Sus hojas son anchas y redondeadas con un precioso degradado de colores.

Riego: Regarlas en exceso es el mayor error que se suele cometer con las crasas. Demasiada agua, y sobre todo, un sustrato apelmazado y mal drenado proporcionan la aparición de hongos y la muerte dela planta. De octubre a mayo deberían regarse con poca cantidad de agua, dependiendo de la zona geográfica, el clima y las lluvias. Antes de regar es fundamental comprobar que el sustrato esté seco. 

Abonado: Las crasas no evidencian grandes necesidades nutricionales. Solo las que vienen en maceta pueden precisar abono, aunque siempre con mesura, y sobre todo para estimular la floración. Conviene utilizar fertilizantes específicos para cactus y crasas de marzo a septiembre, y  aplicarlos siempre sobre el sustrato humedecido, respetando la dosis y la frecuencia indicadas en el envase.

Enfermedades: Provienen de exceso de agua en el sustrato y/o una atmosfera húmeda, mal ventilada y fría, mucha sombra, quemaduras producidas por el sol, exceso de sequedad y calor. Dependiendo de la variedad de las crasas. Para evitar la podredumbre después de las lluvias es aconsejable hacerles un tratamiento con Funcida Cobre Cuper Plus (preventivo) o Triadimenol 25% 20 CC Blangueta (sistemático, preventivo y curativo).

Multiplicación: En general, cada hoja de crasas es capaz de generar una nueva plantita. También se pueden separar los hijuelos que van naciendo junto al tallo o las rosetas. Basta con enterrar apenas el retoño, ramita o base de la hoja en un sustrato de arena y turba humedecido.

Sustrato: Prefieren una tierra pobre y sobre todo porosa, que les asegure un excelente drenaje y aireación. Los sustratos específicos para cactus son los más adecuados, ya que contienen además altas dosis de magnesio, que proviene la podredumbre radicular. Conviene transplantarlas en primavera. Es importante manipularlas con cuidado; son muy frágiles y por las heridas pueden colarse hongos.