Encina injertada

La Encina injertada combina la rusticidad de la encina tradicional con las ventajas de un material vegetal seleccionado. Gracias al injerto, este árbol es capaz de producir bellotas antes y con mayor regularidad, además de asegurar una calidad homogénea del fruto.

El injerto se realiza sobre un patrón de encina nacida de semilla, garantizando así buena adaptación al terreno y al entorno. El material vegetal utilizado para el injerto proviene de ejemplares con alta producción de bellota, buen tamaño del fruto y buen comportamiento frente a enfermedades.

Este tipo de encina es ideal para quienes buscan aprovechar la producción de bellotas como recurso ganadero (montanera), así como para mejorar la productividad en fincas con gestión agroforestal. Además, mantiene toda la resistencia y adaptabilidad de la especie a climas secos y suelos pobres.

Nombre científico: Quercus ilex.

Nombre común: Encina injertada.

Familia: Fagaceae.

Tipo: Árbol perennifolio injertado para producción.

Características: Precocidad, producción regular y homogénea de bellotas, alta adaptación.

Tamaño planta adulta: 10-20 metros de altura.

Floración: Primavera.

Fruto: Bellota de buen tamaño y calidad, ideal para alimentación ganadera.

Temperatura: Muy resistente al calor y frío; perfecta para climas mediterráneos.

Riego: Muy bajo; solo en los primeros años tras la plantación.

Multiplicación: Injerto sobre patrón de encina de semilla.

Enfermedades y plagas: Generalmente resistente; puede requerir seguimiento frente a la seca.

Exposición: Pleno sol.

Usos en jardinería: Dehesas, fincas ganaderas, producción de bellota, reforestación productiva.